viernes 14 de noviembre de 2008
mis memorias...
Hace algún tiempo comencé a escribir sobre el caos que alberga mi mente... creo que estaría bien poner algunos trozos de mis reflexiones aquí... por mucho que tenga que repudiarle a internet me parece que no estaría mal intentar abrir los ojos a quién esté a tiempo, ojalá hubiera tenido yo la suerte de encontrar un blog que explicara lo que puede llegar a pasar por la cebeza de las personas a tiempo, la magnitud que puede alcanzar una obsesión como esta...Ahí va:Poco a poco, muy lentamente voy recuperando las fuerzas, aunque esto es mucho más lento de lo que yo imaginaba, me decían que era difícil, pero no creí que fuera para tanto…Es difícil de explicar todo esto, por fin consigo ver rayos de luz, aunque sólo sea desde la ventana y con unas rejas blindadas, pero al menos ya se que hay vida más allá, ahora tengo que tomar la decisión de salir, de abrir la ventana y escaparme, aunque sea de mala manera colándome entre las rejas, pero tengo que escapar.Hoy estoy un poco más feliz, ya llevo así un par de días, en los que comienzo a darme cuenta de que reírse de nada es de tontos, pero reírse de todo es de inteligentes.Dar un carpetazo a todo es un sueño, una utopía, se que no voy a ser capaz de olvidarlo, se que el conteo va a volver continuamente, de hecho vuelve, pero al menos ahora tengo el valor de plantarle cara y decir ¿y qué, acaso voy a ser diferente persona por estar sin comer?Aunque esto no es así de fácil, no tengo ganas de comer, de hecho es hacerlo y tener una sensación de ser lo peor… una sensación de que te estás rindiendo y que no sirve de nada todo tu esfuerzo anterior, una sensación de que estás llena a la primera cucharada de sopa y una voz que te dice “¡para, para, para ya!”, es sentir el estómago completamente lleno y odiarlo, es pensar que estás haciendo algo por ti misma que no sabes muy bien que es…Todo este esfuerzo tiene recompensa, no os creáis, no sabéis lo que es ponerte a comer con tus amigas y compañeras de piso y acabar la última, como siempre, pero comer y ver en ellas esa cara de alegría, como explicarlo, ese brillo con el que sólo alguien que te quiere puede mirarte sonriendo y decirte que lo estás haciendo muy bien, sin tener del todo claro en mi mente el qué, pero debe ser algo bueno, algo muy bueno, porque me felicitan por ello.Luego están esos momentos en los que me meto en la cocina y vuelven esos arrebatos de trampear, ese recuerdo de uff, de lo tremendamente bien que me voy a sentir si en vez de un filete me echo medio, o de si no le echo la yema a la tortilla, esa sensación de los sumamente bien que me encontraría si el mundo me diera un respiro y me dejaran en paz, si la gente que me quiere se despreocupara de mí y podría volver a lo de antes, a esa semana entera alimentándome a base de café…Tantísimas cosas entremezcladas que no se ponerlas en orden, se cual es el camino correcto, precisamente todo aquello que me aterroriza, cada vez menos, voy plantando cara y aprendiendo que el miedo me paraliza y va unido a todo esto, nunca pensé que me estaba metiendo en estos jardines, nunca creí que podría experimentar emociones tan sumamente intensas y tan sumamente pasotas.Ahora ya se lo que es que operen a tu padre y alegrarte porque tu madre no está en casa y puedes hacer lo que quieras, vomitar si te apetece y estar sin comer todo lo que dure el ingreso, ahora se lo que es llegar a tu casa el viernes y que tu madre se ponga a llorar porque te ve más delgada y no has parado de comer en toda la semana, sin saber que hacer… en ese momento empecé a darme cuenta de lo imposible de esto, comer hasta no poder más y encima adelgazar, ver que te vas metiendo en el hoyo un poco más cada vez sin saber cómo hacer para salir de allí, pensar que llevas toda la semana esforzándote por meter algo de alimento en tu cuerpo y que no sirva de nada… desesperante.Ver a tus amigos y que se te ponga la piel de gallina porque te miran con pena, te preguntan si te pasa algo y sólo puedes decir que no, eso no se puede explicar, hay que sentirlo para saber lo que es, ese sentirme tan sumamente imbécil por necesitar ayuda y no poder pedirla, ni siquiera se que es lo que debo decir, no soy capaz de hacer una frase calmada respecto a ese tema en voz alta, escribiendo me sale sólo, pero hablarlo me hiere, me quedo mejor al hacerlo, pero me duele, es oír mi voz tratando de explicar algo que desde un principio se que no van a comprender, oírme débil, lo más débil que se puede oír a una persona, prácticamente susurrando.Hoy me armé de valor, acabo de volver del médico con Sandra y sólo tengo ganas de llorar y de gritar, es como un fuego que necesito echar, una sensación de impotencia, como de perder a un novio, no se con qué compararlo, es como si todo lo que amas y todo lo que importa te hace daño y sabes que será mucho mejor apartarlo, pero te duele tener que hacerlo, es como pensar “mejor malo conocido que bueno por conocer”, sigo pensando que lo he dado todo y que ahora de repente tengo que ser yo la que decida que se acabe, y sinceramente me falta coraje.En realidad la consulta no era más que para hacerme una revisión, por saber si el esfuerzo de intentar alejarme de esto está reparando daños, pero aquella mujer me ha empezado a preguntar y no he podido callarme, ha sido como un momento de lucidez, como si hubiera visto una grieta en un barrote de la ventana y quisiera darle patadas con todas mis fuerzas para tirarlo abajo…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario