Me siguen asaltando pensamientos de control sobre todo, y sensaciones de descontrol. Es una tonta sensación de haber mostrado todo de mí a quien no lo merece, porque a penas me conoce, pero se que es una excusa más. Sin a penas conocerme, me ha demostrado de sobra que merece eso y más, merece todo. Simplemente es que me asusta muchísimo poder confiar en alguien y ver extrañamente que, vuelve la ilusión por muchas cosas que había olvidado, que tengo que aprovechar cada minuto que esté con él, aunque sea comiendo. Da mucho miedo, percibo que me "despreocupo de todo", y me hace sentir

No paro de darle vueltas a la cabeza, no puedo dejar de pensar en Sara, yo no puedo acabar así, me da la risa al plantearme cosas tan serias. "Ellas están mal, yo no". Es que veo tan sumamente lejano llegar a esos extremos... porque "Sara estaba enferma, yo... no tanto", porque "eso es cosa de chicas delgadas, yo no entro en ese grupo". Soy idiota. Soy idoita, de verdad, no se me ocurre otra explicación. Sigo sin comprender como no me entra en la cabeza que tengo que luchar y luchar por salir, porque nos lo merecemos todas.
¿De qué carajo sirve estar delgada? ¿Para qué? ¿Para ser felices? Venga ya! Sara no murió feliz, murió desesperada. Y aunque sea por ella, tenemos que sobreponernos, porque he vuelto a soñar con ella y tal vez sea por eso que tengo tantas ganas de llorar, y valoro tanto todo lo que tengo. Ni una más mis niñas, ni una más!
No hay comentarios:
Publicar un comentario