No sé por dónde empezar ni cómo acabar este bucle que no para de crecer. Veo demasiadas cosas y ya no sé de qué ni de quién me puedo fiar porque tengo miedo. Porque sí, porque esto es inamovible, porque me gustaría volcarme pero no puedo, simple y llanamente por miedo. Por miedo a vomitar la verdad, no mi vida, que a fin de cuentas, está dominada por el bucle que me tiene poseída.
A veces veo, pero ya no sé qué es real y que no lo es. No entiendo por qué complico tanto todo. ¿Qué se hace cuando sólo te llena el vacío? ¿Quién puede entender semejante sensación? Esa es mi droga favorita, NADA, absolutamente nada. Intento razonar, pero se me hace difícil, porque ya no distingo la parte sana de la enferma. Hablan las dos al mismo tiempo y no sé por dónde tirar. Veo que estoy alegre, tengo ilusión y tengo ganas de hacer mil cosas, pero de repente aparece ese pensamiento de “Laura no pierdas el control que acabarás arrepintiéndote y sabes que volverás suplicando por traidora”. Es así de triste, me siento traidora cuando empiezo a fiarme de los demás, cuando empiezo a comer, porque… ¿qué pasará cuando se acabe? Otra vez al principio, otra vez al hoyo y de eso no tiene la culpa nadie más que la parte sana que hay dentro de mí, que no deja de darle cancha a la enferma, porque en realidad, son las dos unas cobardes.
Antidepresivos, por los cojones! Tres días de llorera incontenible y me han doblado la dosis de esta basura de fluoxetina, que no me da más que mareos, dolores de cabeza y nauseas. No quiero alarmaros con esto, ya sabéis cómo es todo esto niñas, hay veces que me hago débil y no hago más que quejarme, porque soy una débil y no acepto opiniones contrarias. Dios, otra vez habla la bestia…
Tengo unas ganas locas de tener una vida normal, sin dietas diarias, sin miedo a confiar en los demás, sin miedo a discutir conmigo misma, sin esconderme y sin callarme, porque tengo muchísimas ganas de hablar, pero también la sensación de que a nadie le interesa, y si aún así lo contara, no sé, es una sensación de “estar desprotegida”, y ahora necesito alguien que me proteja, que me de seguridad y que me ayude a elegir el camino, porque lamentablemente, con 20 años, tengo menos capacidad de decisión que un niño de 6 años.
Duele verte mal y poner una sonrisa. Duele mucho que algo dentro de ti no te deje pedir toda la ayuda necesaria y ver como día a día te vas cansando más y más de buscar un motivo para seguir. Es que no entiendo cuál es la ventaja de comer. Es lo único sobre lo que tengo una mínima sensación de control, es una satisfacción tan sumamente grande que me hace recaer una vez y otra vez y otra… Sé que debo frenarlo, sé que me estoy haciendo dando, pero es como si estuviera “enamorada” de ese dolor. Me da y me quita, sé que me quita más de lo que me da, pero no puedo pararlo. Al menos no por el momento, por el estúpido miedo, el problema de siempre.
Y es que desde que no actualizo ha ocurrido algo, algo muy importante. Parece brujería, ha saltado un clic en mí, es como si se hubiera abierto una ventana, como si me hubiera dado un permiso excepcional. Tengo muchas dudas, no sé si he hecho bien. Es una relación, es algo que no sé que es, ni sé que quiero que sea. Tengo sensaciones nuevas, es como si ese hombrecillo hubiera encontrado la fórmula mágica para quitarme la coraza, y me da mucho miedo. Muchísimo, porque ya he perdido el control de mis sentimientos, ya no se trata de que me atraiga, de que me guste más y más, estoy empezando a quererle de verdad. Yo, que huyo del compromiso… no me quiero ilusionar. No puedo hacerlo otra vez, tengo la sensación de que estoy viendo más de lo que hay ni de lo que puede haber, y por otra parte no paro de castigarme por pensar así, por no poder disfrutar del momento… como dice la canción “Grita”, de Jarabe de Palo “¿De qué tienes miedo?, a reír y a llorar luego”.
Otra cosa, es que me siento muy egoísta, como bien sabéis, se me está juntando todo y no presto atención a lo que debería. Hace una semana que cayó otra de nuestras estrellas, espero que sea la última. No la despedí como merecía y cada vez me va tocando más hondo. Me cabrea muchísimo. No sé por qué, pero me poner atacada. Poner bote para mandar una corona? No os parece demasiado paradójico? Lo siento, pero me duele, somos una hipócritas todas y cada una de nosotras. Nadie ha comentado, nadie ha hecho una mínima mención al antiguo foro. ¿Qué pasa? ¿Ya se nos ha olvidado aquello que hacíamos de las coronas al lograr la estúpida meta? Somos culpables todas, y esto de la corona, ¿qué? Limpiar las conciencias? Me parecen horrorosas ambas coronas, lo siento. Apoyo a Mai en lo del ramo. Mañana actualizaré sólo para ella, se merece que me tome mi tiempo. Nada más que decir, estoy un poco enfadada por toda esta situación. (Me paso y posteo corazones)
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